El IMIDA analiza la situación actual del virus en calabacín en una jornada de la Academia del Agricultor

05·12·2022 | NOTICIA IMIDA | DEPARTAMENTO DE PROTECCIÓN DE CULTIVOS

El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) ha participado en una nueva edición de la Academia del Agricultor, organizada por AGRODOLORES, para analizar la situación actual de las virosis que están afectando a las plantaciones de calabacín.

Antonio Monserrat, responsable del Equipo de Protección de Cultivos del IMIDA, analizó las causas por las que se están incrementando los problemas de virus que ya estaban presentes en la zona y explicó las estrategias de manejo que se deben implementar para prevenir y reducir los riesgos para el calabacín y otras cucurbitáceas, como melón y sandía.

Monserrat aseguró que “no hay ningún virus nuevo”, lo que está cambiando son los riesgos de los virus transmitidos por pulgón, especialmente de aquellos que se transmiten de forma “no-persistente”. Las causas hay que buscarlas en unas mayores poblaciones de estos insectos y la continua presencia de plantas que actúan de reservorio de virus. Cambios en las prácticas agronómicas, excesiva limitación de los productos aficidas e inviernos cada vez más cortos y cálidos, serían algunas de las causas que contribuyen a este agravamiento del problema virus en calabacín.

Además puso de manifiesto que, frente al principal virus que estaba afectando al calabacín, el virus de Nueva Delhi, se están comercializando variedades con resistencias parciales, lo que ha generado una falsa sensación de que el problema estaba ya resuelto, relajado medidas fitosanitarias básicas. Esta relajación ha abierto la puerta a otras virosis transmitidas por pulgones.

En cuanto a las soluciones manifestó que “la única forma de controlar la transmisión son las barreras físicas complementadas con las trampas cromatrópicas, así como controlar a los pulgones con control biológico y complementarlo, en determinados casos, con el químico”. Las variedades con resistencias constituyen una buena herramienta, siempre que se integren en un programa fitosanitario integral.


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