El IMIDA avanza en el desarrollo de programas de control biológico de plagas para reducir el uso de pesticidas y fomentar la sostenibilidad

26·12·2022 | NOTICIA IMIDA | EQUIPO DE CONTROL BIOLÓGICO Y SERVICIOS ECOSISTÉMICOS

Sustituyen los productos fitosanitarios por enemigos naturales, aprovechando la amplia biodiversidad existente en la zona mediterránea.

Es centro pionero en la investigación y aplicación del control biológico en la agricultura pues centró las bases de esta técnica aplicada al pimiento en los años 90 y, posteriormente, aplicarla a otros cultivos.

El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) avanza en el desarrollo y aplicación de los tratamientos biológicos contra las plagas en los cultivos para reducir el uso de los productos químicos y fomentar la sostenibilidad en la agricultura.

El director del IMIDA, Víctor Serrano, destacó que “la utilización de los depredadores naturales ha permitido disminuir hasta en un 80 o 90 por ciento los tratamientos químicos que se aplican en muchos cultivos, lo que supone reducir el impacto medioambiental, mejorar la calidad de vida del agricultor y reducir los tóxicos en los alimentos, además de contribuir a hacer viables económicamente las producciones agrícolas”.

Serrano explicó que “la Región de Murcia lidera desde los años 90 las investigaciones en control biológico de plagas, que inició en el cultivo del pimiento” y aseguró que éstas “supusieron un acontecimiento en la agricultura internacional, ya que hicieron ver que la lucha biológica era posible en esta zona del Mediterráneo”.

Juan Antonio Sánchez, investigador coordinador del Equipo de Control Biológico de Plagas del IMIDA, afirmó que “en tan solo cinco años, logramos que el 80 por ciento de la superficie del campo de Cartagena destinada a la producción de pimiento pasase de utilizar estrategias de control químico a emplear el control biológico”. Estas investigaciones se han ido ampliando a otros cultivos y en la actualidad se aplican al melón, pera o tomate, entre otros.

Por ello, Sánchez mantiene que el avance en el control biológico depende de la investigación, cuya aplicación en cultivos se ha demostrado altamente rentable. Como ejemplo, cifró los beneficios económicos de la implantación del control biológico en los cultivos de pera, que elaboró la

denominación de origen, en hasta 850 euros por hectárea, lo que ha permitido a las explotaciones mejorar su rentabilidad económica.

 

También especifica que para que los programas de control biológico tenga éxito es necesario tener en cuenta las peculiaridades de cada región y cultivo. Además, hace hincapié en importancia de la adopción de prácticas agromedioambientales mancomunadas, debido a la alta influencia del entorno de los cultivos en la presión de plagas y abundancia de enemigos naturales.


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